Los héroes, es el caso de Guaytabó, son como soles
alrededor de los cuales giran otros personajes que en ocasiones son más
fascinantes que el propio protagonista. Por momentos la estrella se vuelve sólo
un pretexto para que otras facetas de la existencia que él no puede encarnar
cobren protagonismo absoluto pues tanto el personaje, como el conflicto que
viven son mucho más interesantes que el discurso lineal de nuestro héroe.
Conocí a una niña que al terminar de leer un libro,
con 12 años cumplidos, tuvo un acceso de tristeza, un desbordamiento de
lágrimas exactamente, porque no podía soportar separarse de los personajes del
libro que acababa de terminar. El libro tenía un protagonista muy sensible y discreto,
que se apartaba totalmente dándonos la posibilidad de atender al personaje de
turno que por algunas páginas ocupaba toda la atención. Estos personajes eran
mucho más intensos en ese momento y vivían dramas de una agudeza emocional
realmente penetrante. La niña de la que hablo no encontró otro consuelo que
recomenzar en ese mismo momento la lectura del conocido libro de Edmundo de
Amicis “Corazón”, y así se fue calmando poco a poco su llanto.
Lo maravilloso de las sagas es que no tendremos que
separarnos nunca de nuestros personajes. Volverán una y otra vez a alimentar
nuestra necesidad de ellos. El héroe será discreto cuando tenga que serlo, se
hará a un lado para que entremos en intimidad con ese nuevo y fascinante ser
que él mismo nos ha presentado, y cuando el conflicto se nos escape de las
manos, cuando nos haga falta de nuevo un intermediario para expresar al
personaje de turno todo lo que sentimos por él, ayudarle, Guaytabó, como muchos
héroes de carne y hueso, aparecerá de nuevo en la primera línea, arriesgará su
vida si es preciso y será nuestro brazo, mensajero y portavoz.
Y sí, es posible, que nos alejemos de ese recién conocido amigo,
pero la comunicación que tenemos en este caso con Guaytabó nos da la certeza de
que el adiós no tiene por qué ser definitivo. El nuevo y amado amigo sigue estando
en el universo de nuestro héroe y por lo tanto sigue vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario