
El de escritor de radio era un oficio devorador y alienante, alimentado por naturaleza de la temporalidad. No obstante, Daranas, no sólo consiguió una obra muy coherente a la que es imposible encontrar anacronismos ni contradicciones, sin menoscabo alguno de la fantasía y de la supervivencia al tiempo de su contenido, sino que siempre encontró ocasión para continuar con su pasión de actor y trabajó en gran número de programas televisivos dramatizados y en pequeños papeles de la filmografía de Gutiérrez Alea o Fernando Pérez, reconocidos directores del cine cubano, además de llevar durante muchos años la moderación del programa Escriba y Lea, el más longevo de la Televisión Cubana.
Aunque escribió algunas novelas, entre las que destacan Cuando Cantaron las Lomas, o Hacia la Rosa y el Fuego, además de otras tantas adaptaciones literarias, es Guaytabó la de mayor trascendencia por su contenido y por su permanencia actual en el aire.

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